¿Qué es la Inteligencia Emocional?
En este post podemos encontrar una breve conceptualización que nos puede servir para desarrollar mejor nuestra labor docente y como padres.
Cuando hablamos de Inteligencia Emocional nos referimos a un
conjunto de habilidades psicológicas que nos permiten apreciar y expresar, de
manera equilibrada, nuestras propias emociones, entender las de los demás,
y utilizar esta información para guiar nuestra forma de pensar y nuestro
comportamiento. Está basada en cómo cada ser humano vive sus emociones
Según el psicólogo estadounidense Daniel Goleman (basándose
él en el psicólogo Howard Gardner) la inteligencia emocional puede dividirse en
dos áreas:
- Inteligencia intrapersonal: Capacidad de formar un modelo realista y preciso de uno mismo, teniendo acceso a los propios sentimientos, y usarlos como guías en la conducta.
- Inteligencia interpersonal: Capacidad de comprender a los demás; qué los motiva, cómo operan, cómo relacionarse adecuadamente. Capacidad de reconocer y reaccionar ante el humor, el temperamento y las emociones de los otros.
Siguiendo con este autor el desarrollo de nuestra
Inteligencia Emocional nos permite:
- Tomar conciencia de nuestras emociones.
- Comprender los sentimientos de los demás.
- Tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo.
- Acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo.
- Adoptar una actitud empática y social que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.
- Participar, deliberar y convivir con todos desde un ambiente armónico.
Entre las emociones básicas del ser humano podemos destacar
las siguientes:
- Miedo: el objetivo es la protección y el cuidado
- Vergüenza: estrategia defensiva ante la experiencia "pública" de sentirse enjuiciado.
- Afecto: el objetivo es la vinculación;
- Tristeza: el objetivo es el retiro. Cuando sentimos tristeza nuestro organismo nos está diciendo "retírate de ahí y vuelve a estar contigo";
- Enfado: el objetivo es la defensa;
- Alegría: su objetivo es la vivificación. Viene a ser la batería de nuestra existencia.
Podemos establecer, por todo lo anterior, que las
características de la inteligencia emocional son, principalmente:
- Autoconciencia: Conocer nuestras emociones. El aspecto principal de la Inteligencia Emocional (y lo que comenzamos a trabajar con los niños) es el reconocimiento de nuestras propias emociones, la conciencia de unos mismo, saber verbalizar lo que sentimos en cada momento, dándole un nombre.
- Autorregulación: Controlar nuestras emociones. Capacidad para controlar nuestros impulsos y regular nuestros estados anímicos.
- Automotivación. la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, abandonando los pensamientos negativos y frustraciones.
- Empatía. La capacidad para percibir las emociones de los demás y establecer un nivel sano de confianza en el prójimo.
- Habilidades sociales. Esto significa saber actuar de acuerdo con las emociones de los demás, regulando nuestro comportamiento de acuerdo a éstas.
Regular las respuestas emocionales se puede aprender. Al
mismo tiempo es un signo de maduración y de inteligencia. En la primera
infancia, habitualmente no regulamos nuestra respuesta emocional, simplemente
la expresamos o explota. Dicho todo esto es muy importante que el
desarrollo de la inteligencia emocional forme parte inseparable de nuestra
práctica docente y de nuestra labor como padres, tanto con nuestros niños como
con nosotros mismos, de hecho, para poder desarrollar adecuadamente esta
inteligencia en nuestros pequeños hemos de tener bien manejada la nuestra, al
fin y al cabo, no hay nada como el ejemplo.
Fuentes: es.wikipedia.org; escueladepadresymadresupz.blogspot.com.es
Fuente de imágenes: ekinkirola.com; asi-sea.com; es.slideshare.net; ieducativa.es
Fuente de la guía: apega.org
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