24 junio 2014

Ideas fundamentales del aprendizaje de la lectura y la escritura


1.     Los niños, en contacto con el lenguaje escrito de su medio ambiente, elaboran ideas en su intento de atribuir significado a la escritura. Estas ideas cambian, en contacto con la enseñanza, por reconocimiento, inferencia o reconstrucción de la información que se les aporta. No es un proceso aditivo, paso a paso, sino un proceso complejo de estructuración y reconstrucción de teorías. Se trata, en parte, de reproducir y, en parte, de reconstruir el lenguaje escrito de la comunidad.
2.     Para el aprendizaje, tan importantes como las ideas de los niños, son las ideas de la escuela y de los profesores acerca de la enseñanza y de lo que es leer y escribir. El papel del profesor no es el de emitir un mensaje a un alumno pasivo, sino el de acompañarle en su esfuerzo y proceso de aprendizaje.
3.     Se propone empezar por la escritura, ya que en ella se ponen en juego una serie de conocimientos sobre el sistema de escritura, sobre el lenguaje y sobre la relación entre ambos, que le permiten al niño, ya desde muy temprana edad, avanzar en el desarrollo de sus conocimientos. Las relaciones entre escribir, leer y el lenguaje escrito son muy complejas. Al escribir, sin embargo, la actividad del aprendiz incluye la reflexión sobre el lenguaje escrito, el proceso de escritura y, además, la lectura de lo que él mismo escribe.
4.     Se puede escribir y leer textos, aun antes de dominar el código alfabético. Los textos constituyen la unidad comunicativa básica. El lenguaje escrito se vincula así, desde el inicio, a su función fundamental: comunicar.
5.     Los niños aprenden a base de construir distintas ideas sobre la escritura, cada vez más ajustadas, en un proceso que termina, finalmente, coincidiendo con nuestro sistema alfabético actual.
6.     Además de las características del sistema alfabético, los niños aprenden las características propias del lenguaje escrito que se usa en distintas situaciones, con distintas finalidades y en distintos tipos de textos, así como los procedimientos que llevan a la comprensión y producción de textos y las actitudes que les estimulan a mejorar en su aprendizaje de la cultura escrita.

Se aprende a leer leyendo y a escribir escribiendo
·        Poco podremos favorecer que se desarrollen las estrategias de activar los conocimientos precios y de elaborar hipótesis según los objetivos de lectura, si lo que proponemos que lean nuestros aprendices no tiene otro objetivo que una ejercitación mecánica de palabras o de sílabas. Por el contrario, las estrategias de comprensión sólo se podrán desarrollar si el uso de esta lectura es real; si se crea, por tanto, la necesidad de leer el material que sea para conseguir un objetivo concreto. Eso explica la afirmación “a leer se aprende leyendo”.
·        Poco podremos favorecer el desarrollo de las estrategias de planificación, textualización y revisión para producir un texto de acuerdo con los usos sociales de la lengua escrita si lo que proponemos que escriban nuestros aprendices no tiene otro objetivo que ejercitar el trazo de las letras o aprender la convención de las palabras. Por el contrario, las estrategias reproducción del texto únicamente se podrán desarrollar si el uso de este texto es real; si se crea, por tanto, la necesidad de producir un texto adecuado a un objetivo concreto. Eso explica la afirmación “a escribir se aprende escribiendo”.

El resultado de la alfabetización va más allá del dominio del alfabeto e incluye:
-         Resolver cuestiones de la vida cotidiana, o uso práctico.
-         Acceder a la información y a formas superiores de pensamiento, o uso científico.
-         Apreciar el valor estético, o uso literario.
Esta clasificación es muy útil en la práctica escolar ya que sistematiza los diferentes objetivos que se persiguen a la hora de leer y escribir.

Desde esta perspectiva, la lectoescritura tiene una visión más funcional y significativa para los niños/as, aproximándonos a la realidad textual de forma más activa y participativa. El texto se presenta de forma que acerque al niño a la realidad, interactúe con ella y así aumente su autoestima, autonomía y curiosidad. Por último el método constructivista nos facilita la enseñanza de la lectura y la escritura  desde una perspectiva más motivadora tanto para alumnos como profesores, con la implicación de las familias en contraposición de la perspectiva tradicional.


Fuente: http://actividadesinfantil.com
Fuente imagen: https://angelaco.files.wordpress.com/

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